El croquet, con un origen que se remonta a hace más de 500 años, es hoy en día un deporte muy competitivo y exigente, aunque también puede ser un juego tranquilo, amistoso y hasta plácido. Puede practicarse a cualquier edad y por ambos sexos por igual. Tiene, también, un importante componente social, que favorece y estrecha las relaciones personales y familiares. Se basa tanto en una buena capacidad estratégica como en una mínima habilidad y destreza. No es un deporte de fuerza, aunque sí requiere, además de algo de pericia y de nociones tácticas, de una cierta resistencia física y mental, ya que los partidos pueden ser tensos y disputados.
En el croquet internacional actual, nacido como continuidad del antiguo croquet francés, se admiten dos modalidades de juego: el croquet AC (association croquet), más complejo y comprometido desde un punto de vista técnico, y el croquet GC (golf croquet), más fácil de entender y de practicar. Cada una de estas dos modalidades puede jugarse de manera individual o por parejas (dobles) y, asimismo, con o sin hándicap.
En resumen, el croquet es un deporte lleno de posibilidades y matices, que ofrece a los que se deciden a disfrutarlo muchos momentos de entretenimiento, de afán de superación e, incluso, de rivalidad y emoción. Y todo ello sin olvidar el sano ejercicio físico al aire libre que obliga a realizar en todos los casos.